A través de su cuenta de Twitter, el mandatario mexicano expresó sus condolencias a los fieles católicos, religión que profesa la mayoría de mexicanos.
“Hoy ha fallecido el papa en retiro, Benedicto XVI. Nuestro pésame a la Iglesia Católica y a los católicos, así como también a El Vaticano, del cual fue Jefe de Estado. Lo reconocemos asimismo por ser un prominente estudioso y teólogo destacado. Descanse en paz”, dijo el presidente.
Joseph Ratzinger, el primer papa alemán en el último milenio, falleció este sábado 31 de diciembre a los 95 años. Además, fue el primero en renunciar a su cargo en los últimos 600 años, luego de una ola de escándalos sobre la jerarquía en el Vaticano sobre casos de abuso sexual.
El pasado 29 de diciembre, López Obrador se unió a las muestras de apoyo a Benedicto XVI al saberse que su estado de salud era delicado y aprovechó para contar una anécdota sobre la visita papal que realizó a México en 2012, año en que se fundó el partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
“Él (Benedicto XVI) tenía fama de ser un Papa conservador. Temía que viniera a hablar mal de la izquierda”.
Fue a raíz de aquel temor que López Obrador, en días antes, buscó reunirse con diversos sacerdotes progresistas, con el objetivo de redactar un escrito para “temperar los efectos” de la posible crítica que Benedicto XVI podía lanzar al movimiento de la izquierda.
Además, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) lamentó profundamente el fallecimiento este sábado 31 de diciembre de Benedicto XVI, por lo que extendió, a nombre del gobierno de México, “nuestras más sinceras condolencias a las y los fieles católicos, así como a la Santa Sede”.
El titular de la SRE, Marcelo Ebrard, también lamentó “el sensible fallecimiento de Joseph Ratzinger”, quien fue Sumo Pontífice de la Santa Iglesia Romana de 2005 a 2013, por lo que envió sus condolencias a la comunidad católica.
Este sábado también se manifestó la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) y de acuerdo con la fe católica, el papa emérito Benedicto XVI fue “llamado a la casa del Padre para entrar en su presencia”.
El papa emérito Benedicto fue el primer pontífice en renunciar en 600 años, dejando atrás una Iglesia Católica maltrecha por escándalos de abusos sexuales, mala gestión y polarizada entre conservadores y progresistas.Tenía buenas relaciones con su sucesor, el papa Francisco, pero su presencia continua dentro del Vaticano después de su dimisión en el 2013 profundizó las diferencias ideológicas en la iglesia.
Los conservadores, alarmados por decisiones progresistas de Francisco, vieron a Benedicto como el guardián de la tradición. Varias veces tuvo que decirle a admiradores nostálgicos a través de visitantes: “Hay un papa, y es Francisco”.
REUTERS/Osservatore Romano Benedicto XVI, profesor de piano y un teólogo formidable, admitió que era un líder débil que tuvo dificultades para imponerse a la opaca burocracia vaticana y que tropezó de crisis en crisis durante su pontificado de ocho años.
Benedicto se disculpó reiteradamente por las deficientes políticas Iglesia ante los abusos sexuales de niños por parte de miembros del clero, y aunque fue el primer papa en tomar medidas serias, sus esfuerzos no lograron detener la rápida baja de la feligresía en Occidente, especialmente en Europa.
En 2022, un informe independiente en su Alemania natal alegó que Benedicto XVI no tomó medidas en cuatro casos de abuso cuando fue arzobispo de Munich entre 1977 y 1982.
Conmocionado por el informe, reconoció en una emotiva carta personal que hubo errores y pidió perdón. Sus abogados argumentaron en una refutación detallada que él no tenía la culpa directa.
Benedicto será recordado por conmocionar al mundo el 11 de febrero de 2013, cuando anunció en latín que renunciaba y les dijo a los cardenales que era demasiado viejo y frágil para dirigir una institución con más de 1.300 millones de miembros.