La violencia, la pobreza y el acceso limitado a servicios sociales y a una educación de calidad afectan la vida de niñas, niños y adolescentes de Latinoamérica, en particular de México y algunos países de Centroamérica. Esto los obliga a tomar la difícil decisión de dejar sus países.
En muchos casos, los niños transitan solos por México hacia la frontera con Estados Unidos para reunirse con sus familiares que viven en aquel país o buscando una vida mejor.
Los niños y niñas migrantes son vulnerables a situaciones que pueden violentar sus derechos como:
-Estar expuestos al crimen organizado o al tráfico de personas
-Sufrir violencia y discriminación
-No tener acceso a servicios de salud
En 2019, casi 9,000 niños, niñas y adolescentes mexicanos que llegaron a Estados Unidos sin documentos fueron repatriados; la mayoría viajaban sin la compañía de un adulto.
En el mismo año, según datos de la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación de México, las autoridades migratorias detectaron 18,300 niñas y niños extranjeros (provenientes de países del Triángulo Norte de Centroamérica: Guatemala, Honduras y El Salvador) en territorio mexicano. De ellos, 16,162 fueron retornados a sus países de origen.
Los niños y niñas migrantes corren el riesgo de sufrir hambre y frío en su trayecto, de padecer enfermedades, sin tener acceso a servicios de salud, de ser explotados por el crimen organizado y de ser detenidos, además de otros tipos de violencia y discriminación por parte de la población de los lugares que atraviesan. Todas estas situaciones tienen graves consecuencias para su salud mental y su bienestar.
Como parte fundamental de la respuesta ante la detención de niñas, niños y adolescentes en estaciones migratorias, en UNICEF desarrollamos un modelo de opciones de cuidado alternativo para niñas, niños y adolescentes migrantes no acompañados y un manual para su implementación. Este modelo incluye las siguientes opciones de cuidado alternativo: albergues a puertas abiertas, departamentos especializados y acogimiento familiar.
También hemos trabajado con especialistas de diversas áreas para desarrollar un conjunto de herramientas y publicaciones que apoyan la protección de los derechos de las niñas, niños y adolescentes migrantes en su paso por México en 2021.
Las publicaciones están orientadas a fortalecer la identificación de las necesidades de los niños migrantes y dirigidas a personal de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SER), oficiales de protección de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR), a las Procuradurías de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes y a personal de Centros de Asistencia Social (CAS) públicos y privados.
En conjunto con la Oficina de Defensoría de los Derechos de la Infancia, creamos herramientas que ayudan a niñas, niños y adolescentes migrantes en su camino por México, con objetivos como promover la resiliencia o proporcionar, a través del juego, información valiosa para el autocuidado, la reflexión y la protección de sus derechos.
Por último, formamos una red de salud mental integrada por psicólogos, psiquiatras y trabajadores sociales ubicados en la ruta migratoria. La red es un espacio de intercambio de experiencias e información especializada en intervenciones de salud mental y atención psicosocial para niños migrantes y víctimas de violencia.