Cuando hablamos de los festivales de cine, generalmente nos enfocamos en las grandes historias, los directores, las alfombras rojas, los ganadores… ¿y el galardón? Si lo pensamos detenidamente, el reconocimiento adquiere una nueva dimensión cuando se representa y materializa en una estatuilla. ¿Has visto la emoción en el rostro de los ganadores cuando reciben este objeto tan simbólico?
Si además el premio cuenta con una belleza intrínseca, ¡su valor es todavía mayor! Indudablemente, uno de los galardones más bellos que hay es la Palma de Oro, el cual se entrega a la mejor película en, nada más y nada menos, que el Festival de Cannes.
Lo que quizá no sabías es que, detrás de esta palma de oro de 18 quilates que descansa en un cojín de cristal, está el nombre Chopard. Sin embargo, esta distinguida figura no ha sido así desde el inicio del festival, que data de 1938. Realmente, fue en 1998 cuando estrenó su nueva imagen bajo la directriz de Caroline Scheufele, directora artística y copresidenta de Chopard. ¿Cómo se dio este vínculo? Te lo compartimos a continuación.
La Palma de Oro bajo la visión de Chopard
En 1997, cuando Scheufele tenía 35 años, conoció a Pierre Viot, quien era, en aquel momento, el director del Festival de Cannes. La Casa Relojera narra que ella examinaba el trofeo que se encontraba en la oficina de Viot, lo que dio pie a que él la invitara a rediseñar una nueva versión. ¿Quién podría negarse a tal honor? Por supuesto, Scheufele, con su vasta experiencia creativa, decidió tomar el reto. El resultado ya lo conocemos, pero ¿en qué se inspiraron?
En realidad, fue diseñada en los talleres de joyería de Chopard, tomando como inspiración, en sus palabras, “ en las palmeras que bordean la famosa Croisette y al escudo de armas de Cannes, que evoca la famosa leyenda de Saint Honorat”. Además, la palma cuenta con una delicada curvatura que hace alusión al suave movimiento del viento, mientras que la base de la rama forma un corazón, que hace alusión a Chopard, el joyero de “gran corazón”.
Lo mejor de todo es que, detrás de esta magnífica pieza, residen 118 gramos de oro amarillo de 18 quilates. Sin embargo, no es cualquier oro: su origen es ético. ¡Así es! Cuenta con la certificación Fairmined, que es un sello que certifica que el oro, como otros metales preciosos, provienen de organizaciones mineras que cuentan con prácticas éticas y artesanales.
No te pierdas la Final de este Fabuloso Festival con lo Mejor del Séptimo Arte Realizado en Francia.