Durante su participación en el foro "Observancia de los Derechos de Obtentor de Variedades Vegetales de Ornamentales" Víctor Villalobos Arámbula, Secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, expusó que se debe cuidar la calidad de la semilla y otros atributos logrados por años de mejoramiento genético, pues es uno de los principales insumos del sector.
Señaló que en México hay cuatro mil 903 variedades registradas, de las cuales 556 son de cultivos ornamentales como rosas, gerberas, dalias y nochebuenas, entre otras, que tienen un valor de producción de ocho mil 714 millones de pesos, lo que demuestra su alta rentabilidad.
Una parte de las variedades registradas viene de fitomejoradores mexicanos que generaron variedades de cempasúchil, nochebuena, dalia y otras de especies nativas.
Las variedades vegetales mejoradas se pueden adaptar a los efectos del cambio climático, ya que permiten un desarrollo sostenible de la agricultura y generan mayor productividad de las cosechas en beneficio de la seguridad alimentaria, afirmó Víctor Villalobos Arámbula.
Por ello es importante analizar los elementos estratégicos y normativos que permitan la transferencia y el aprovechamiento de innovaciones vegetales de los cultivos ornamentales en el país, expresó el titular de Agricultura y Desarrollo Rural.
También señaló el compromiso del gobierno federal para que el campo se mantenga productivo, competitivo, sustentable y equitativo.
Con el fin de asegurar la transferencia y comercialización de nuevas variedades, es necesario reconocer los derechos de propiedad intelectual de fitomejoradores y participar en la recuperación de la inversión en la generación de esas variedades, bajo un esquema ganar-ganar de todos los actores, expresó.
Wilfred Mohr, embajador de los Países Bajos, señaló que México es uno de los principales aliados y el tercer productor mundial de plantas y flores ornamentales, ya que alrededor de 280 variedades registradas aquí, provienen de esa nación como anturio, gerbera y rosas, agregó.
Además dijo que este foro es de vital importancia para que agricultores accedan a variedades mejoradas que demanda el mercado y aseguren un esquema de trazabilidad que garantice la calidad y el buen manejo del material de propagación, en beneficio de ambos países.
