Todo ello dejó a la pomposa “soberanía energética” de México en una situación que raya entre lo ridículo, la falacia y el dogmatismo setentero.
El titular del Ejecutivo federal no tardó en salir a defender a la Comisión Federal de Electricidad, señalando que fue una “hazaña” el (parcial) restablecimiento del servicio eléctrico en algunos estados del país.
Fiel a su dogmatismo y manipulación setentera, señaló que la falta de gas fue producto de la corrupción del periodo neoliberal, y que fue gracias a los planes de fortalecimiento de la CFE que se pudo restablecer el servicio.
Muy curioso que salen a la luz videos donde el mismo titular del Ejecutivo federal señaló meses antes que México estaba inundado de gas texano y que inclusive pensaba en exportarlo a Centro América.
La falta de molécula en territorio nacional –que traería una verdadera independencia y seguridad energética– se podría lograr si se reactivasen los proyectos y esquemas asociativos de campos y yacimientos, incluyendo los de la denominada Cuenca de Burgos y tecnologías como el “fracking”, de la cual personalmente no soy muy aficionado.
Sin embargo, nos ganó el dogmatismo setentero y se cancelaron los esquemas de licencias y asociativos que permitía la Reforma Energética del 2013.
Empezamos a ver las consecuencias de tales decisiones bajo argumentos ideológicos que, como he dicho, suenan más a “idio-ilógicos”.
Lo que haga falta para no reconocer el valor de las renovables en estos momentos.
Curioso que el plan de negocios de la CFE anunciado en enero pasado se basa en la construcción de más ciclos combinados, lo cual seguirá agravando la dependencia a la molécula texana.
Esa obviedad la entiende hasta el más 90% más “ético” y 10% más “preparado”, pero al parecer están muy ocupados construyendo refinerías sin licitaciones.
Una verdadera matriz energética hubiera permitido la entrada de tecnologías que no dependen del gas (sí, como las malditas y neoliberales renovables), que precisamente están para eso.
En lugar de ello, las dependencias regulatorias han destinado todo su esfuerzo y escasa capacidad en obstruir el crecimiento, despacho y coadyuvancia de tecnologías renovables en la matriz energética.
Ya habrá alguien que calcule el costo industrial del paro derivado de los apagones, de la misma forma como existió un altísimo costo por la genial sustitución a destiempo de suministros de combustibles en diciembre del 2018 que vendieron como “lucha al huachicol” (que persiste, por cierto).
Un dato: si Texas no cayó en la oscuridad total pese a lo ocurrido, fue precisamente gracias a los grandes proyectos renovables con los que cuenta ERCOT (el sistema eléctrico texano), incluyendo los campos eólicos de Sweetwater, los cuales conozco personalmente y son verdaderamente impresionantes. Sí, grandes extensiones de aerogeneradores codo a codo con pozos petroleros. Un espectáculo digno de verse.
Seamos serios, ¿de verdad el restablecer el servicio fue una hazaña de CFE? Hazaña real hubiera sido no tener (y seguir teniendo) sendos apagones aún con el corte de suministro de gas por parte de Texas. Ahí sí hablaríamos de soberanía energética.
Hazaña hubiera sido haber previsto y estructurado proyectos de almacenamiento, regasificación o extracción que permitiesen no depender de la molécula texana.
Hazaña sería reconocer que no entienden que no entienden.
Si como dice el Ejecutivo federal, “dependemos de contratos que fueron negociados por corrupción”, hubiera mandado un memorándum cancelando los efectos de la oferta y la demanda en Texas, y hubiera dado prioridad a la disponibilidad de gas, en lugar de refinaciones en sitios insostenibles.
¿De verdad la supuesta hazaña de CFE es reflejo de la política actual hacia su fortalecimiento?
Nota del editor: Claudio Rodríguez-Galán es socio de la Práctica de Energía de Thompson & Knight. Está clasificado como un “Abogado Líder en Energía”, mexicano y global por varias publicaciones internacionales, incluyendo Global Chambers, Chambers & Partners, Legal 500 y Who’s Who Legal. Claudio tiene más de 18 años ininterrumpidos ejerciendo el Derecho Energético. Es Maestro y candidato a Doctor en Derecho.
Nuestra soberanía energética, quedó clarísimo, depende de la seguridad energética y la soberanía energética de Texas.
En lugar de ampliar la matriz energética, CFE compra por emergencia –y sabrá Dios a qué precios–, tres buques con destino a Manzanillo, y propone la generación con diésel y carbón.