El Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) presenta la imagen de su 18ª edición, la cual está inspirada en las artesanías mexicanas, y en particular, en un trompo creado en Paracho, Michoacán.
Rodrigo Toledo, la mente creativa detrás de la imagen del festival, resume el concepto de esta manera: “El cine da vueltas como un trompo. Su baile transcurre en un tiempo breve, como un cortometraje. Pero no es uno solo, son muchos trompos de colores diferentes para representar diversidad, la pluralidad, tanto de los espectadores como de los creadores y sus obras”.
FICM: ¿Cómo resumirías el concepto de la imágen del 18° FICM? ¿En qué te inspiraste para construirlo?
Rodrigo Toledo: Para la imagen del 18° FICM quise usar algo inspirado en las artesanías mexicanas. Recorriendo los mercados de Morelia –ahí, afuerita del Cinépolis del Centro de Morelia–, en la Casa de las Artesanías en San Francisco y muchas tiendas, encontré muchas fuentes de inspiración pero lo que más atrajo mi atención fueron los juguetes tradicionales, específicamente los trompos.
Encontré diferentes tipos de trompos, desde los más rústicos –de pino trabajado burdamente y policromados con esmalte común–, hasta otros de mucho mejor manufactura, de maderas más finas como el granadillo o el madroño, a veces de colores pero otras no, fabricados principalmente en la región de la meseta purépecha, en lugares como Paracho o Ahuirán. El trompo que escogí como modelo para este diseño fue uno de Paracho, de madera de madroño, coloreado delicadamente con tinturas de anilina y barnizado con goma laca. Un trompo fino, elegante.
Me gusta la idea de usar un tema –u objeto– que no tenga que ver con el cine pero que de manera indirecta lo represente, en este caso un trompo. Un trompo –un personaje– que gira vertiginosamente mientras da brincos por donde va, trazando un recorrido impredecible. ¿Como una película, quizás? El cine da vueltas, un trompo da vueltas. Su baile transcurre en un tiempo breve, como un cortometraje. Pero no es un solo trompo, son muchos trompos. Muchos trompos de colores diferentes para representar diversidad. La pluralidad, tanto de los espectadores como de los creadores y sus obras.
FICM: ¿Cómo fue el proceso de elección de la paleta de colores para esta edición?
RT: Fue interesante armar la paleta de color. Quería muchos colores diferentes –“todos” los colores– pero no con la disposición o el orden de un arcoíris –o una bandera LGBT. La solución propuesta fueron seis trompos diferentes, cada uno de los cuales está iluminado combinando un color primario con un secundario –pero no contrastante–, es decir: amarillo/verde, amarillo/naranja, rojo/morado, rojo/naranja, azul/verde y azul/morado.
FICM: ¿Tuviste alguna dificultad para crear la imagen del 18° FICM?
RT: Solamente el hecho de que di demasiadas vueltas (demasiadas vueltas al trompo), probando muchas diferentes calidades y estilos. Afortunadamente, la propuesta escogida es la que más se acerca a la primera idea.