Un fuerte temblor sacudió el sur de México el martes 23 de junio. Al menos cuatro personas fallecieron. El sismo causó que edificios se balancearan a cientos de kilómetros de distancia del epicentro, lo que provocó que las personas salieran de sus hogares y oficinas para encontrar seguridad en las calles bajo el cielo abierto.
Sin embargo, el Servicio Geológico de Estados Unidos calculó la
magnitud en 7,4; no es inusual que las mediciones preliminares difieran.
Otro temblor, que el Servicio Geológico de Estados Unidos calculó de magnitud 4,9, fue registrado en la misma región el lunes por la noche. Pero a inicios de la tarde del martes, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo que se registraron 147 réplicas al terremoto más grande, y las autoridades advirtieron que esperaban más.
Se ha confirmado que cuatro personas murieron por el sismo, de acuerdo con el gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat, y David León, coordinador nacional de Protección Civil.
La información sobre el número de víctimas fue surgiendo durante el día, y los reportes en los medios locales mostraron escombros de algunos edificios dañados en Oaxaca.
“Afortunadamente no hubo mayor daño”, dijo el presidente en uno de los
videos que publitcó en su cuenta de Twitter, mientras transmitía la información de León y otros funcionarios. Con el teléfono pegado a la oreja, el presidente dijo: “Derrumbes, algunos vidrios rotos, pérdida de señal, paredes, pero nada serio”.
López Obrador instó a todos a permanecer atentos a más advertencias sísmicas y a mantener la calma. “Espero y deseo con toda mi alma que no haya réplicas que dañen”, dijo.
El área más cercana al epicentro es en gran parte rural y la ciudad más cercana es Oaxaca, capital del estado, que está a unos 145 kilómetros de distancia.
Los edificios se balancearon en Ciudad de México, a unos 480 kilómetros al noroeste, pero los reportes de noticias locales mostraron pocos daños más allá de los escombros que se habían caído de algunas fachadas de edificios. La jefa de gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, dijo que ni el centro de comando ni los funcionarios que realizaban sobrevuelos a nivel municipal han reportado ningún impacto “grave” del terremoto.
Flora Pedro Mora, administradora de Mansiones Cruz del Mar, un complejo de hoteles y condominios cerca de Crucecita, describió el terremoto como “horrible”.
“Era como una de esas películas”, dijo ella, quien se escuchaba estremecida.
Pero agregó que, aparte de algunas tejas que se soltaron y cayeron al suelo, la propiedad no sufrió daños graves. Aunque algunos hoteles y propiedades turísticas en el área, comúnmente conocida como Huatulco, habían comenzado a reabrir la semana pasada tras un cierre prolongado en respuesta a la pandemia, Mansiones Cruz del Mar aún estaba cerrada para los huéspedes.
La compañía petrolera estatal, Petróleos Mexicanos (Pemex), informó que el terremoto provocó el
cierre temporal de su refinería en la ciudad portuaria de Salina Cruz, y que se extinguió un incendio rápidamente.
El terremoto alertó a la gente por un posible tsunami
La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de. Estados Unidos advirtió que había una “amenaza potencial” de . tsunami en las costas de México, Guatemala, Honduras y El Salvador, . pero retiró el aviso unas horas después.
Las boyas oceánicas de la agencia registraron pequeñas olas sísmicas después del terremoto, demasiado pequeñas para tener un efecto notable.
Los poderosos terremotos en alta mar pueden desencadenar tsunamis devastadores como los que azotaron Fukushima, en Japón, en 2011, y la provincia indonesia de Aceh en 2004, pero es difícil predecir cuáles terremotos causarán olas tan destructivas.
La Alerta de Tsunami esta vigente y lad Autoridades piden extremar precauciones .