El reconocido activista ambiental mexicano, aclaró que en México urgen estrategias de conservación más cercanas al pueblo, y a las y los propietarios de los territorios; también nos faltan adecuados esquemas de educación ambiental para la conservación y apropiación del espacio natural que permita enriquecerlo y conservarlo. “Es inaplazable empoderar a las y los ciudadanos en acciones de protección y conservación ambientales”, dijo convencido.
En otras palabras: “… en México se necesita una política ecológica pública, viable, útil y rentable”, remarcó el punto focal de la Carta de la Tierra en nuestro país. Por ello pidió revertir la decisión de limitar a las instituciones ambientales con una reducción presupuestaria de la naturaleza y dimensión de la operada.
En este con texto, dijo que infortunadamente, la actual administración ambiental mexicana, “… ha sido poco conciliadora”, por lo que demandó un cambio de actitud y de estrategia por parte de los que dirigen las instituciones gubernamentales, porque “… la sociedad mexicana, -en su derecho constitucional de expresión-, debe ser escuchada, y atender la utilidad del comentario”.
Sin embargo, es no sucede. Hoy, en temas ambientales de conservación protección y uso sustentable del capital natural, la sociedad mexicana “… no es escuchada y lejos de atender, los funcionarios señalan, discriminan, no escuchan, juzgan, con una actitud poco conciliadora, y de magros resultados en la gestión ambiental”, dijo el líder social michoacano.
Mateo Castillo Ceja afirmó que México, no solo está poblado por 30 millones de ciudadanos y ciudadanas que votaron por el actual presidente. En nuestro país, “… somos 127 millón de seres humanos que cohabitamos el territorio nacional, y para todas y todos deben gobernar”.
Por ello, el presidente, las autoridades ambientales y los gobernantes de primer nivel, “… deben facilitar, principalmente, los derechos que inciden en la sustentabilidad de México, como son: el derecho a la información, a la participación, el acceso a la información, libre expresión, libre asociación; el derecho de petición y, sobre todo, el derecho al medio ambiente sano, que implican los derechos colectivos”.
Castillo Ceja, dijo que el anuncio del recorte presupuestal, puso en marcha un movimiento de ex funcionarios de las instituciones ambientales de México (SEMARNAT, CONABIO, CONANP, PROFEPA, CONAGUA, INE, y CONAFOR entre otras), quienes emitieron y presentaron el 5 de junio pasado, un documento denominado “Un llamado urgente” al presidente Andrés Manuel López Obrador y a la opinión pública, para no desmantelar con la reducción presupuestaria, ni “… minar y desdibujar a las instituciones ambientales de México, y suspender decisiones contrarias al marco legal que nos rige en materia ambiental y a nuestras obligaciones y compromisos internacionales”.
Dicho documento fue firmado, por ex funcionarios ambientales de gran prestigio como Julia Carabias Lillo, Alberto Cárdenas Jiménez, Alejandro del Mazo Maza, Juan Rafael Elvira Quesada, Ernesto Enkerlin Hoeflich, Adrián Fernández Bremauntz, Luis Fueyo Mac Donald, Guillermo Haro Belchez, Víctor Lichtinger Waisman, Miguel Limón Rojas, Ignacio Loyola Vera, José Luis Luege Tamargo, Santiago Oñate Laborde, Sergio Reyes Lujan, y Jorge Soberón Mainero, entre otros, quienes hicieron un análisis de la importancia y los aportes de estas instituciones, a la conservación de nuestra biodiversidad y gran capital natural.
Sin embargo, la respuesta de Víctor Manuel Toledo, actual titular de la Semarnat, “… fue juzgar, y señalar a estos ex funcionarios, como los que permitieron el actual deterioro ambiental. Esto, sin duda, es una actitud poco conciliadora, y solo significa dejar perder la oportunidad de construir este país, con la participación de todas y todos”, calificó Castillo Ceja.
Víctor Manuel Toledo, en lugar de invitarlos al diálogo y a la construcción de una nueva perspectiva desde un presupuesto limitado y entornos preocupantes derivados de la pandemia, los calificó como “ambientalistas de derecha”, y los acusó de estar ligados a “negocios verdes”, explicó Mateo Castillo al exclamar: “¡Ahora resulta que, en México, hay ambientalistas de izquierda, de derecha, de arriba, de abajo, de ningún lado… qué cosas!”
En esta línea, el experimentado ambientalista michoacano aseguró que jamás se va a lograr construir una política ambiental para la sustentabilidad, y tampoco una condición para la gobernanza ambiental para la sustentabilidad –como exige México-, “… con descalificaciones, minimizando experiencias, y sin escuchar verdaderamente a los principales grupos implicados: los afectados, los expertos, los tomadores de decisiones y aquellos que por la posición que ocupan, pueden frenar o acelerar la toma de decisiones”.
El reconocido líder de la Carta de la Tierra en México, fue concluyente: “… hoy, en México, debemos pensar en formas más innovadoras para la conservación de áreas naturales protegidas, que provoquen el empoderamiento ciudadano, y con ello, una reducción en costos de operación, al tiempo de destinar financiamiento fresco a las comunidades para la reconstrucción del tejido social, a partir de proyectos productivos sustentables”.