• El protocolo de prevención lleva más de dos meses vigente sin ningún caso de COVID-19.
A más de dos meses de la implementación del protocolo Penitenciario de Prevención COVID-19 en los 11 centros penitenciarios de Michoacán, no se registran casos positivos del virus ni tampoco casos sospechosos.
Así lo confirmó el coordinador del Sistema Penitenciario del Estado de Michoacán, Javier Ayala Rodríguez, tras recordar que, por instrucción de la Secretaría de Gobierno, encabezada por Carlos Herrera Tello, se implementaron una serie de medidas preventivas para evitar la propagación del COVID-19 tanto en los centros penitenciarios, como en la Unidad Especializada para Adolescentes y Adultos Jóvenes, así como en las oficinas administrativas de la dependencia.
“Las acciones corresponden al Protocolo que dicta la Conferencia Nacional del Sistema Penitenciario, para la prevención y detección temprana de casos sospechosos, y nosotros lo pusimos en marcha en Michoacán desde el pasado 11 de marzo, con resultados muy favorables, pues hasta el momento no hemos tenido ningún caso de COVID-19 en la población penitenciaria”, explicó el coordinador.
Las medidas se dispusieron de acuerdo a cada fase de la pandemia, empezando por la colocación de filtros sanitarios para aplicación de gel antibacterial, toma de temperatura y sanitización de calzado al ingreso.
Entre los lineamientos, destaca la suspensión de visitas a personas privadas de la libertad, desde el pasado 16 de marzo, misma que se mantiene hasta el día de hoy a fin de evitar posible filtración del virus por parte de los visitantes.
Teniendo como prioridad la atención a las recomendaciones de las comisiones Nacional y Estatal de los Derechos Humanos, se implementó el uso de videollamadas para que las personas privadas de la libertad, puedan tener comunicación con sus familiares sin desatender las medidas sanitarias.
El coordinador recordó que también se habilitaron áreas de cuarentena donde se alojan personas privadas de la libertad que tienen que acudir a hospitales por citas médicas o emergencias, así como a quienes son de nuevo ingreso.
Para mantener las condiciones sanitarias, desde la primera etapa se realiza la limpieza escalonada de los centros y sus áreas, mientras que el personal cuenta con vestimenta, cubrebocas e insumos para su protección diaria.
Las medidas se complementan con una dieta de mayor calidad nutricional en las cocinas y actividades ocupacionales para atender la salud mental y niveles de estrés de la población penitenciaria.
Para la tercera fase de la pandemia, se dispuso la sanitización mediante rociado desinfectante a todas las personas que ingresan, tanto a los centros como a las oficinas de la dependencia y se realizó la distribución masiva de insumos higiénicos para todos los centros; el levantamiento de un censo diario de infecciones respiratorias y el refuerzo de todas las medidas ya implementadas.
Finalmente, Ayala Rodríguez destacó que “el sistema penitenciario coadyuva con el combate a la pandemia mediante la fabricación y envasado de más de tres toneladas de gel antibacterial, máscaras protectoras y cubrebocas de neopreno, que se distribuyen tanto para el personal administrativo y operativo, como para el sector salud”.