• Se han realizado más de 300 obras públicas, carreteras y de infraestructura educativa
El gobierno de Alfredo Ramírez Bedolla ha destinado más de 5 mil millones de pesos en infraestructura pública para Morelia, lo que pone a la vanguardia a la capital del estado tras más de 40 años de atraso en la materia.
Son más de 300 obras de infraestructura pública, educativa y carretera que impactan de manera positiva en beneficio de casi un millón de habitantes, como la conservación del libramiento de Morelia en una longitud de 26 kilómetros, del Ramal Camelinas en 4.5 kilómetros y de la carretera Cointzio–La Huerta en 12.8 kilómetros.
La administración estatal ha invertido recursos sin generar deuda, garantizado cero baches en carriles centrales de estas vialidades hasta que finalice el gobierno de Alfredo Ramírez Bedolla.
En obra multianual también se tiene la construcción del primer segmento del nuevo anillo periférico de Morelia, el cual desarrolla una nueva vialidad de 13 kilómetros; al igual que la edificación del Paso Superior Vehicular de Villas del Pedregal que brindará mayor seguridad a peatones y transportes en el cruce sobre la carretera Morelia–Quiroga, a la altura del fraccionamiento más grande de América Latina.
También se tiene próximo el desarrollo de dos distribuidores viales en la salida a Pátzcuaro y en el mercado de abastos, los cuales darán mayor agilidad vial a la ciudad, así como el teleférico de Morelia mismo que se encuentra en licitación y cuyo fallo se dará a conocer el día de mañana viernes.
En materia de obra pública se construyó el Centro de Asistencia Social y la rehabilitación de la Casa Hogar Viva los Niños del Sistema DIF Michoacán; mientras que en obras educativas se desarrollaron acciones en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, donde destaca la construcción del edificio Multides, un nuevo edificio para la Facultad de Psicología, nuevos talleres para la Facultad Popular de Bellas Artes, la tercera etapa de construcción del edificio de Posgrados de la Facultad de Contaduría y Ciencias Administrativas, además de la ampliación del edificio de la Facultad de Letras.
Con estas acciones se ha demostrado que para invertir en infraestructura pública no faltaban recursos, lo que sobraba era corrupción.