5. Escapar de la explotación puede ser extremadamente difícil
Las víctimas suelen soportar condiciones inhumanas y les resulta difícil escapar de las manos de sus explotadores, que utilizan una serie de mecanismos y manipulaciones para controlarlas. Las víctimas pueden ser golpeadas, amenazadas y chantajeadas. Pueden ser humilladas, maltratadas o no tener adónde ir. Se les puede retirar el pasaporte y otros documentos. Muchas ni siquiera se identifican como víctimas, lo que suele ocurrir cuando son manipuladas por su pareja o un familiar. El miedo a las represalias impide a menudo a las víctimas buscar ayuda, y es más probable que se autorrescaten a que sean rescatadas por las autoridades. Mientras que el 41% de las víctimas o familiares denuncian ante las autoridades, sólo en el 28% de los casos la investigación comienza con una actividad policial proactiva.
6. Explotación sexual y trabajo forzado
La trata de personas se manifiesta de muchas formas. Las últimas investigaciones de la UNODC muestran que el 38,7% de las víctimas lo son con fines de explotación sexual, que tiene lugar en la calle, en burdeles, centros de masajes, hoteles o bares. Las víctimas, principalmente mujeres y niñas, sufren a menudo violencia y abusos extremos.
Otro 38,8% son explotadas para trabajos forzados. Algunos trabajan largas horas en fábricas, por un salario mínimo o nulo, produciendo ropa, ordenadores o teléfonos. Otros trabajan en campos, plantaciones o barcos de pesca, a menudo en condiciones climáticas adversas, cultivando maíz, arroz o trigo, cosechando café y granos de cacao o pescando peces y mariscos. Alrededor del 10% se ve obligado a realizar actividades ilegales, como carterismo, robo de bolsos, mendicidad o venta de drogas. Otras formas de explotación son el matrimonio forzado, la extracción de órganos y la servidumbre doméstica.
7. Las mujeres son las mayores víctimas de la trata
Nadie es inmune a la trata de personas. Personas de todos los sexos, edades, orígenes y en todas las regiones del mundo son presa de los tratantes, que recurren a diversos medios para captar y explotar a sus víctimas. Las mujeres y las niñas constituyen la mayoría de las víctimas, con un 42% y un 18% respectivamente. Son objeto de trata principalmente con fines de explotación sexual y tienen tres veces más probabilidades de sufrir violencia física o extrema que los hombres y los niños. Al mismo tiempo, el número de víctimas masculinas detectadas ha aumentado en los últimos años: el 23% de las víctimas son hombres y el 17% niños. Son víctimas de la trata principalmente para trabajos forzados. En los últimos 15 años, la proporción de niños entre las víctimas de trata detectadas se ha triplicado hasta alcanzar el 35%, es decir, un tercio de todas las víctimas.
8. De la familia a la delincuencia organizada
Los datos de la UNODC muestran que el 58% de los condenados por trata de personas son hombres. Al mismo tiempo, la participación de las mujeres en este delito es mayor que en otros: las delincuentes representan el 40% de los condenados. Las personas que se dedican a la trata van desde grupos delictivos organizados hasta individuos oportunistas que actúan solos o en pequeños grupos.
Además de la trata de personas, las organizaciones delictivas suelen estar implicadas en otros delitos graves, como el tráfico de drogas o de armas, así como la corrupción y el soborno de funcionarios públicos. Estos grupos explotan a más víctimas, a menudo durante períodos más largos, a mayores distancias y con más violencia que los delincuentes no organizados. Sin embargo, los traficantes también pueden ser familiares, padres, parejas íntimas o conocidos de la víctima.