Un programa de educación y cultura forestal urgentes, acompañados por una aplicación estricta de la ley, pago a comuneros para que cuiden los bosques y un buen control de los incendios podrían recuperar la cuenca hidrológica
La carencia de educación y cultura ambiental, las necesidades humanas para poderse alimentar, la tala ilegal, los incendios y, más recientemente el cambio de uso de suelo por los negocios como la producción de aguacate, han propiciado que el panorama de la región Sierra Costa de Michoacán haya cambiado en los años recientes al grado de que 70 por ciento del territorio está deforestado y, al menos en Coalcomán, este año se han perdido 9 mil hectáreas de bosque por incendios forestales extremos que se salieron de control por la carencia de recursos para contar con un buen equipo de combate a los incendios.
Lo anterior trascendió durante el foro realizado en Coalcomán por la Fundación Desarrollo Sustentable y Cambio Climático y la Coordinación de Organizaciones de la Sociedad Civil, encuentros que buscan aportar soluciones a las problemáticas ambientales de cara al próximo sexenio.
Felipe De Jesús Saucedo Santana, director forestal del municipio de Coalcomán, dio a conocer que en especial los incendios recientes fueron ocasionados por el mal uso del fuego en quemas agrícolas “porque la gente carece de cuidados para hacer un buen manejo en la quema de los desmontes”, propiciando que se perdieran 4 mil 500 hectáreas de bosque en El Izote, Cabeza de Vaca, La Polvareda, Horno de Cal, Rancho del Medio, La Gavilanera, La Albellanera, La Guazarca y el Maguey; mientras que, en la zona de Los Parejos y La Lima, colindancia entre Coalcomán, Chinicuila y Aquila, fueron 3 mil hectáreas y mil 500 en el Cerro de las Tablas, entre los incendios más grandes.
Esto propició la pérdida de bosques de las mejores maderas de Michoacán como pinos de todas las variedades, encinos, oyameles y otras especies, expresó el funcionario público.
A su vez, Sandra Sánchez Pimentel, subdirectora académica del Instituto Tecnológico Superior de Coalcomán, sede donde se realizó el citado foro, propuso cambios a la norma para uso de suelo y que se protejan los que son de uso forestal, donde no se pueda hacer ese cambio y haya sanciones reales para las personas que hacen cambios de uso de suelo de manera ilegal y así proteger los derechos de las terceras generaciones.
José Luis Neri García, quien actuó como moderador en este foro, destacó que un estudio presentado por el Instituto de Geografía de la UNAM en su Boletín número 44 del año 2001, denominado “La dinámica del cambio de usos de suelo en Michoacán”, afirma que en un lapso de 18 años se perdieron 513 mil 644 hectáreas de bosques y 308 mil 291 de selvas.
Igualmente, declaraciones del secretario de Medio Ambiente del Gobierno del Estado de Michoacán, Alejandro Méndez López, apuntan a que en el periodo 2018-2024, es decir, en siete años, se ha detectado la afectación de 30 mil hectáreas con cambio de uso de suelo, lo que arrojaría un promedio de 4 mil 286 hectáreas dañadas cada año.
“Cuando un terreno pierde su cubierta vegetal los efectos negativos son bastantes, obviamente en la vegetación, en el suelo, el aire, el agua, la fauna, y las condiciones de bienestar de la población vienen a menos”, detalló Neri García.
La Ley General de Desarrollo Sustentable dice que es una infracción cambiar el uso del suelo de los terrenos forestales sin contar con autorización, y el artículo 157 que se impondrán multas que van desde 150 a 30 mil veces la unidad de medida; para este caso la unidad de medida para 2024 está en 108.57 pesos y eso equivaldría a un rango de multas o infracciones de 16 mil 285 a 3 millones 257.100 pesos.
También denunció que en la región suroccidente de Michoacán, contrario a lo que sucedía hace años, hay cambios de uso de suelo porque el aguacate está incursionando fuertemente como en la franja aguacatera, así como en muchos municipios que se sostienen de la ganadería y que han cambiado los bosques por pastizales.
Ángel Pérez García, expresó que la región Sierra Costa comprende siete municipios: Aquila, Arteaga, Coahuayana, Coalcomán de Vázquez Pallares, Chinicuila, Lázaro Cárdenas y Tumbiscatío, con una superficie de aproximadamente 13 mil kilómetros cuadrados, que representa el 23 por ciento del territorio del estado de Michoacán, y agregó que es preocupante que aquí haya un nivel de deforestación del 70 por ciento.
“Estamos por convertir el lugar en un desierto; es muy rápido lo que está sucediendo. Qué es lo que le vamos a dejar a estas generaciones, hagamos algo para que digan: hicieron esto por nosotros. Me duele ver lo que está pasando y no sé qué va a suceder con las generaciones que vengan”, manifestó.
También se comentó que es preocupante la situación hidrológica en la región Sierra Costa, ya que el promedio de precipitación pluvial es de 1,200 milímetros, pero el año 2023 apenas fue de 800 milímetros. “El otro problema es que podemos estar en 1,200 milímetros o más, pero por la deforestación que tenemos no va a permitir que se recarguen los mantos acuíferos. En mi juventud conocí manantiales y este año veo varios de esos manantiales secos”, expresó el ingeniero Pérez García.
Jorge Espinoza, funcionario de la Secretaría de Agricultura expresó que inicialmente se comenzó la deforestación por la necesidad de la gente para comer, pero ahora es por negocio.
“Para lograr la restauración de la cuenca se necesita que se pague a las personas que van a ayudar a cuidar los árboles que se siembren. También capacitar a los productores para que sepan otras alternativas de producción, llámese ganadería regenerativa, agricultura orgánica o cualquier otra alternativa que podamos este emplear para que el medio ambiente no se esté deteriorando de tal manera”, expuso.
En tanto, Ramiro Godínez Espinoza, director General del Tecnológico Nacional de México Campus Coalcomán, propuso implementar en la región un programa educativo donde “fortalezcamos la cultura y educación ambiental porque hasta ahora le hemos faltado al respeto al suelo; generemos un programa ecológico para los niños, es un tema que podemos fortalecer todos los días desde la mente de nuestros hijos”.
Al respecto coincidieron Omar Guadarrama Cedillo y Guadalupe Sánchez Gama, presidente y secretaria general, respectivamente, de la Fundación Desarrollo Sustentable y Cambio Climático, así como Juan Manuel Valenzuela, presidente de la Coordinación de Organizaciones de la Sociedad Civil y Miguel Jarquín, Coordinador de Jóvenes por el Clima, quienes impulsan precisamente un proyecto de educación ambiental a nivel federal.
Así, la mayoría de los participantes se inclinaron por empujar un programa de educación y cultura forestal urgentes, acompañados por una aplicación estricta de la ley para evitar las quemas que terminan en incendios, un pago a los comuneros para que cuiden los bosques y un buen control de los incendios para recuperar la cuenca hidrológica.