Un total de 122 personas adultas mayores, originarias de diversas comunidades de Apatzingán, aprobaron el trámite para recibir la visa que les permitirá viajar a EUA

Por: Agencia y Redacción Poder Pluralidad Política

Un total de 122 personas adultas mayores, originarias de diversas comunidades de Apatzingán, aprobaron el trámite para recibir la visa que les permitirá viajar a EUA

Migrantes de Michoacán

Un total de 122 personas adultas mayores, originarias de diversas comunidades de Apatzingán, aprobaron el trámite para recibir la visa que les permitirá viajar a EUA


 
Ciudad de México.  María de la Luz Arzate Zendejas, tiene 45 años sin ver su hijo, a quien tuvo que dejar en los Estados Unidos. Hoy, a casi cinco décadas, reencontrarse con él es un sueño que pronto será realidad con el programa sello del Gobierno de Silvano Aureoles Conejo, Palomas Mensajeras”.

Como ella, otros 121 integrantes del programa que opera el Gobierno de Michoacán a través de la Secretaría del Migrante (Semigrante), Palomas Mensajeras, aprobaron los lineamientos para recibir la visa que les permitirá reencontrarse con sus seres queridos en Estados Unidos.

Entre las madres y padres de familia que llegaron a la Embajada de Estados Unidos en México para realizar el trámite que les permitirá viajar a Texas y California, acompañados por personal de la semigrante y del ayuntamiento, se encuentra la señora María de la Luz Arzate Zendejas, quien no ve a su hijo desde hace 45 años.

Originaria de la comunidad de La Cofradía, rompió en llanto cuando fue notificada que se aprobó su visa; el 26 de abril también lloró cuando fue ingresada a Palomas Mensajeras; ahora solo es cuestión de días para que vuelva a ver a su hijo Roberto Morelos, a quien dio a luz cuando ella tenía apenas 14 años; María de la Luz cruzó la frontera con él para darle una mejor calidad de vida, pero tuvo que dejarlo en Estados Unidos tres años después para regresar a México donde su madre agonizaba.

“Estoy contentísima, muchísimas gracias a Dios, al Gobernador y a todos los que me ayudaron a cumplir este sueño, por fin voy a volver a ver a mi hijo, era muy difícil para mí aceptar que me iba a morir sin volver a verlo”.

Contó cómo, cuando tenía 17 años, cruzó por el cerro a Estados Unidos, “allá estuve un año, pero se enfermó mi mamá y tuve que regresarme sola, lo dejé porque iba a regresar pronto, pero ya no volví y desde entonces no lo he vuelto a ver, ya pasaron 45 años, ahora voy a abrazarlo, conocer a sus hijos y a su esposa”, narra María mientras llora de alegría.

María y sus 121 compañeros recibirán su visa en unos días más y posteriormente viajarán a Estados Unidos para reencontrarse con sus hijas e hijos y conocer a sus nuevas familias.
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