Pueden practicarla desde bebés hasta adultos mayores, personas en condición de discapacidad y en tratamientos médicos
Todos los deportes tienen beneficios, pero la natación es una disciplina que, debido al medio en el que se desarrolla, posee muchos beneficios para la salud; en su práctica se utiliza la mayoría de los grupos musculares y es un exigente ejercicio físico que ayuda a mantener el corazón y los pulmones saludables.
Nadar y el resto de las actividades acuáticas que permiten caminar y moverse en el agua, permiten mejorar la capacidad cardiorrespiratoria, la fuerza, la resistencia y la elasticidad. Así que el uso de la piscina no solo es recreativo, sino también en fomento a la salud.
Desarrolla la coordinación motriz, para poder avanzar dentro del agua, todos los movimientos se realizan de manera simultánea y con ritmo, por lo cual se adquieren grandes habilidades de coordinación.
Se trabajan diferentes grupos musculares de manera simultánea como: piernas; brazos, antebrazo y mano, espalda, cuello, pectorales y abdominales; además, la natación es buena para personas que tienen enfermedades respiratorias, incluidas las producidas por fumar o estar en entornos contaminados, ya que tanto para flotar como para sumergir la cabeza, el sistema respiratorio se fortalece con este deporte.
Entre otros beneficios, al nadar se mejora el sistema cardiovascular porque al encontrarse el cuerpo en posición horizontal, facilita al sistema la circulación de la sangre, distribuyéndose uniformemente en el cuerpo sin tanto esfuerzo para el corazón.
Asimismo, combate al estrés; mejora la memoria; previene y rehabilita lesiones; elimina miedos y temores y su práctica es apta para todo tipo de personas (desde bebés hasta adultos mayores).