El cultivo del tabaco perjudica nuestra salud, la de los agricultores y la del planeta. El sector tabacalero interfiere en los intentos de substituir los cultivos de tabaco con los de alimentos, lo que contribuye a la crisis alimentaria mundial. La campaña de este año del Día Mundial Sin Tabaco anima a los gobiernos a que dejen de subsidiar el sector y utilicen esos fondos para apoyar a los labradores a que cambien a cultivos sostenibles que mejoren la seguridad alimentaria y la nutrición.
El tabaco se cultiva en más de 124 países, utilizando tierras en las que se podrían cultivar alimentos para millones de personas, y disminuir así la inseguridad alimentaria.
El cultivo de tabaco es perjudicial para nuestra salud, la de los agricultores y la del planeta. La industria tabacalera interfiere en los intentos de sustituir el cultivo de tabaco, con lo que contribuye a la crisis alimentaria mundial.
Esta campaña pretende animar a los gobiernos a poner fin a las subvenciones al cultivo de tabaco y utilizar los recursos ahorrados para ayudar a los agricultores a cambiar a cultivos más sostenibles que mejoren la seguridad alimentaria y la nutrición.
Objetivos de la campaña
- Movilizar a los gobiernos para que pongan fin a las subvenciones al cultivo de tabaco y destinen los recursos ahorrados a programas de sustitución de cultivos que ayuden a los agricultores a realizar la transición y mejoren la seguridad alimentaria y la nutrición;
- Concienciar a las comunidades dedicadas al cultivo de tabaco sobre las ventajas de abandonar el tabaco y dedicarse a cultivos sostenibles;
- Apoyar la lucha contra la desertificación y la degradación del medio ambiente mediante la reducción del cultivo de tabaco;
- Denunciar las maniobras de la industria para obstaculizar el trabajo orientado a unos medios de vida sostenibles.
La variable clave para medir el éxito de la campaña sería el número de gobiernos que se comprometieran a poner fin a las subvenciones al cultivo de tabaco.